¡Qué delicioso aroma a lavanda! Aunque esta planta es ampliamente conocida por su rico aroma, sus beneficios no se limitan a su olor. En realidad, se trata de una planta muy atractiva con propiedades relajantes. Es por eso que el aroma de lavanda se ha utilizado por siglos para calmar y recuperar balance.
La flor de lavanda, fuertemente aromática, se utiliza, además como ambientador natural, y como repelente de las polillas.
El olor a lavanda nos trae muchos recuerdos, incluso aunque no los hayamos vivido. Ramos de lavanda entre toallas limpias dentro de un gran armario, lavanda en la entrada de una casa de campo… y todas son imágenes relajantes con una sensación de frescor y limpieza.
Aceite esencial de lavanda
Este es el formato más utilizado y versátil para aprovechar los beneficios de la lavanda. El aceite de lavanda puede ser muy útil por sus beneficios y ha sido utilizado en la medicina tradicional ya que ayuda a reducir la inquietud y el estrés.
Por su especial composición natural tiene aplicaciones para la piel y la mente, y las más utilizadas son:
- Es un relajante del sistema nervioso y un imprescindible si te cuesta dormir, ya que calma e induce al sueño. Puedes utilizarlo tanto en masajes, baños o en un quemador o humidificador para crear un ambiente relajado, o simplemente dormir mejor.
- Reparador de la piel en cremas faciales y corporales. Sus propiedades antisépticas y regeneradoras ayudan a reparar la piel para que luzca saludable.
- Aceite corporal relajante. Es perfecto para envolver tu cuerpo con su olor a limpio mientras relaja tu mente. Para apreciar mejor su aroma lo puedes mezclar con aceites base que no tengan un olor fuerte, como Almendras, Albaricoque, Germen de trigo o Jojoba.
- Atenúa la intensidad de un dolor de cabeza. En estos casos, de forma puntual, se puede utilizar una gota de lavanda en cada sien y masajear en forma circular.
