La Equinácea es la planta más conocida y usada para activar el sistema inmunológico. Tras su sencilla pero bella flor se esconde una verdadera arma biológica contra los resfriados y otras infecciones.
Propiedades curativas
Actúa sobre el sistema inmune induciendo la producción de citoquinas, por lo que está indicada en la prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, como gripe, resfriado, faringitis o cistitis. Ayuda también a la cicatrización de heridas.
La mayoría de estudios científicos han demostrado que la equinácea aumenta el número y movilidad de los linfocitos, los glóbulos blancos de la sangre.
Por otra parte, también se le atribuye un efecto antiinflamatorio moderado.
Antibiótico natural
Numerosos médicos expertos en medicina alternativa aseguran que esta planta es un buen sustituto o complemento de la medicina convencional ante enfermedades infecciosas, ya que influye en la actividad de los anticuerpos (como monocitos y macrófagos) y aumenta la producción de leucocitos y de la proteína interferón, clave en la lucha contra organismos infecciosos.
Un buen antiséptico
Los indios aborígenes de América del Norte la utilizaban para el tratamiento de heridas y mordeduras de serpientes.
De forma externa, la tintura diluida y aplicada en una compresa ayuda en el tratamiento de heridas de difícil cicatrización o úlceras crónicas, ya que ejerce una fuerte actividad antiséptica impidiendo que se extienda la infección
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